Palabras de Jorge Borges sobre el Peronismo:
1.
Liberticida
y de raíz fascista
2.
Demagogo
3.
“La
gente decía que Dios era peronista. Qué gusto el de Dios: no me extraña.”
4.
Monárquico
y carlista
5.
Prostituta
(a Eva Perón)
6.
“Considero
a la democracia un abuso de la estadística. No creo que sea lo mejor para países
como España, Sudamérica, incluso los mismos Estados Unidos; quizá para los
países escandinavos sea buena; para la Argentina, no.”
7.
“De
haber triunfado la República, hoy España sería otra Cuba. Franco ha sido
positivo para España.”
8.
Un
hombre capaz de todos los males (sobre Perón)
9.
“La historia es increíble pero ocurrió y acaso no una vez sino muchas,
con distintos actores y con diferencias locales. En ella está la cifra perfecta
de una época irreal y es como el reflejo de un sueño o como aquel drama en el drama, que
se ve en Hamlet. El enlutado no era Perón y la muñeca rubia no era la mujer Eva
Duarte, pero tampoco Perón era Perón ni Eva era Eva sino desconocidos o
anónimos (cuyo nombre secreto y cuyo rostro verdadero ignoramos) que figuraron,
para el crédulo amor de los arrabales, una crasa mitología”.
10. "Perón era una persona abominable y la
tiranía que ejerció fue realmente monstruosa"
Jorge Luis Borges, nacido un 14 de
agosto de 1899 en Buenos Aires, fue uno de los más grandes escritores y
literatos que ha parido este glorioso suelo argentino. Autor de famosas obras,
como “Elogio de la sombra”, o “El Aleph” entre otros.
Ganador del prestigioso Premio Miguel de
Cervantes en 1979, premio que además, les ha sido otorgado a Ernesto Sabato
unos años después y a Vargas Llosa posteriormente.
Borges ha militado activamente en el
radicalismo, apoyó a Yrigoyen y luego se afilió al Partido Conservador. Se
mantuvo en contra del golpe propiciado en 1930.
Sin embargo, decir que Borges fue
radical no sería enteramente justo. Ya que él mismo se consideraba anarquista y
pro monárquico, hasta llego a expresar:
“La profesión de los políticos es
mentir. El caso de un rey es distinto; un rey es alguien que recibe ese
destino, y luego debe cumplirlo. Un político no; un político debe fingir todo
el tiempo, debe sonreír, simular cortesía, debe someterse melancólicamente a
los cócteles, a los actos oficiales, a las fechas patrias“
Además, se puso claramente en contra
de la democracia (6) fundamentando el anarquismo y la monarquía. Fue también un
fervoroso anticomunista, hasta llegar a sostener filosóficamente el Franquismo
(7).
Hoy en día es extraño ver personas que
comulgan con Borges y a la vez con el
Kirchnerismo, en el cual encontramos peronistas y socialistas, hasta radicales.
Porque desde ese mismo espacio sostenemos que la política está en todo, desde
lo cotidiano, la distribución de nuestro tiempo en el día, a qué hora es el
desayuno, a qué hora tomamos el bondi. Es decir, el acto de designar nuestros
horarios, es también hacer política. Lo es además, en inmensa medida, ejercer
el poder dentro de un gobierno, amparado jurídicamente por un Estado. ¿Cómo
Borges no va a expresar sus ideas políticas a través de sus obras literarias?
Claro que lo hizo, Borges también fue político, según nuestra concepción.
Es entonces, absurdo, estar
fuertemente ligado a un hombre, que pensaba como pensaba. Que odiaba la
democracia, que odiaba a Evita, que odiaba a los políticos, al Estado, sostenía
el franquismo y la monarquía, y por consiguiente era contrario a la democracia –esa
que muchos compañeros borgeanos levantan como bandera ideológica-.
Sintetizando, Borges cuando escribía
cuentos inculcaba política, de alguna manera, entonces si a eso le sumamos lo que decía expresamente,
tenemos un político muy particular. Un hombre que operaba desde la ironía y de
un profundo odio al movimiento que más corazones enamoró. No podemos ser
partidarios de este proyecto si incluimos en él a un hombre políticamente tan
contrario a lo que pensamos.
No quiero desmerecer a Borges, tampoco
sobredimensionar esta cuestión. Sería necio desconocer a un genio literario
como lo fue él. Solamente poner sobre la mesa una serie de cuestiones
axiológicas, sobre lo político, lo ideológico. Al fin y al cabo, Borges hablaba
de una “segunda tiranía”, la primera con Juan Manuel de Rosas, la segunda con
Juan Domingo Perón.
Es Borges un ser
político contrario a lo nacional y popular.