¿Qué es el ser progre? ¿Qué es el
ser? ¿Qué es ser progre? ¿Hasta dónde esto es un alevoso menosprecio al
interlocutor “acusado” de “ser así”? Pues bien, querido amigo, como dice una
canción, “yo no vine a recordar el invierno, ni a decirles cómo es que hay que
vivir”. No voy a responder estas preguntas tajantemente, sino más bien daré
algunos ejemplos, usted piense, reflexione y tome su propia conclusión como más
quiera.
Para empezar, si a usted le ha
molestado que anteriormente, en esta misma nota, diga “amigo” y “no amigo/a”, o “amig@” me temo que usted es progre (?) y seguro se
sentirá tocado de cerca por lo que viene a continuación.
Cabe aclarar que entre “el zonzo”
que bautizara Jauretche, por mediados del siglo pasado, y el progre actual, no existe
mucha diferencia. Y he aquí varios ejemplos:
1. El progre anti racista:
Recuerde aquel noviembre de 2008, se venían las elecciones yanquis, todo el planeta periodístico cubriendo el tema, enviados especiales, imágenes en vivo desde la “Casa Blanca”, entrevistas, etc. Y una clara tendencia a favor de uno de los candidatos, el hoy presidente: Barack Obama, pero… ¿Por qué? ¿Por su capacidad de orador? ¿Por su desempeño como legislador? ¿Por sus promesas? ¿Su campaña? Así es, como usted se lo imagina, por ser negro. Ahí está el ser progre, levantando las banderas anti racistas, pero al mismo tiempo siendo discriminador. Claro, Obama es especial, es distinto… solo por su color de piel. ¿Acaso para presidir un país importa su color de piel? Si bajo el concepto de igualdad decimos que eso es una aberración, ¿no estará el ser progre buscando morbo? Claro que sí. El ser progre es morboso por esencia. “¡Ahí lo tienen! El primer Presidente negro de los Estados Unidos. Increíble.
2. El progre ambientalista:
Aquí tenemos una gran variedad de
temas para tratar, pero solo el título que designa a esta clase de progre nos
lo relaciona con el secentismo falopa, con los que van a encadenarse a barcos
para que no puedan extraer petróleo, los que sabotean maquinarias de
construcción para que no se haga tal o cual obra, los que por un árbol son
capaces de sacrificar su propia vida. Y… así podemos hacer un compendio de
actitudes que carecen de una lógica moral y política y que en lo absoluto no son congeniadas bajo las
esferas de un pensamiento con base doctrinal y/o científico, como el
justicialismo. El militante progre ambientalista, no puede, de ninguna forma,
ser un buen militante político.
3. El progre ¿humanista?
Imagínese, estimado lector, esta
situación: Va el progre caminando por la calle comiéndose un
aperitivo, en una esquina ve a un linyera muy maltrecho y hambriento, y decide,
muy generosamente, darle una porción de lo que estaba comiendo, y sigue su
marcha -hasta aquí no hay actitud
progre-. Una cuadra más adelante se encuentra con un can, flacucho y oliendo
por doquier, buscando un trozo de alimento, y decide alzarlo, llevarlo a su
casa, bañarlo, alimentarlo y darlo en adopción a una casa para animales. Aquí
no hay maldad, para nada, hay hipocresía. Es típico en el progre ver a un perro
más susceptible de ayuda que un hombre. ¿Por qué? Será que axiológicamente no sabe
lo que es un animal y lo que es un hombre. Vaya uno a saber.
4. El progre anti clerical:
Aquí el ser progre es unísono.
Muy difícilmente podamos encontrar a dos progres discutiendo por esto. Porque
piensan, generalmente, del mismo modo, odian igual: “¿Por qué hay pequeñas
mecas en cada calle a la que voy? ¿Por qué no sacan a la Iglesia Católica de la
Constitución? ¿Por qué no prohíben colgar Rosarios en los autos? Si querés un
cura, pagátelo vos. Deberían prohibir escuelas católicas. Hay que prohibirle la
entrada al país al Papa Francisco. Vender el oro del Vaticano acabaría con el
hambre en el mundo por 33 años.” En fin, acá también podríamos extendernos mucho
más. No reconocer a la religión mayoritaria de tu país, es de la mayor ceguera
política. Desde ya, el ultra clericalismo de, por ejemplo, la blonda bronceada,
como dice un senador bigotón, es también algo poco recomendable, pero mucho
menos nocivo que el ser progre anti clerical o anti religión, como quiera
llamarle.
5. El progre ¿político?:
Dicen que una imagen vale más que
mil palabras, pues bueno, guárdese esta:
![]() |
(el personaje nefasto de la imagen representa a la no menos nefasta raza del periodismo nacional) |