jueves, 19 de septiembre de 2013

La reunión Braden-Cooke



Recordemos:
Spruille Braden nació en Elkhorn, Montana, en 1894, y obtuvo su grado en ingeniería de minas en la Escuela Científica de Sheffield en Yale. Después de graduarse se incorporó a la empresa minera de la familia. Más tarde representó intereses de su padre y de la Anaconda Copper en Chile. En los Estados Unidos, entre 1925 y 1933, integró los directorios de muchas corporaciones, entre ellas la   American Ship and Commerce Corporation, W. A. Harriman Securites, Pennsylvania Coke and Coal, Marion Steam Shovel Company, Monmouth Rug Mills y la Capitol Theatre Corporation.
La primera experiencia diplomática del Embajador Braden llegó en 1920 cuando se desempeñó como asesor de la Delegación de los Estados Unidos a la Conferencia Panamericana de Finanzas. En 1933 fue designado Delegado  de los Estados Unidos a la séptima Conferencia de Estados Americanos. Entre 1935 y 1939 fue titular de la Delegación de los Estados Unidos a la Conferencia de Paz del Chaco, donde contribuyó a negociar un tratado de paz que finalizó con la guerra entre Bolivia y Paraguay. Fue el embajador de los Estados Unidos en Colombia entre 1939 y 1942, luego fue designado Embajador en Cuba. En 1945 fue nombrado Embajador en la Argentina, y en seis meses fue promovido al cargo de Subsecretario de Asuntos Latinoamericanos. Renunció en 1947 debido a diferencias políticas.


 Memorias de Spruille Braden (Arlington House, 1971)

El lema Braden o Perón ha quedado impregnado en la vida sociopolítica  de nuestra Patria, a tal punto que cualquier enemigo político del peronismo será otro “Braden”, no nos olvidemos de ese hombre, que llegó a la Argentina para convencer a Farrell de que termine con la neutralidad histórica de nuestro país en las guerras de tipo intervencionista y se alíe de una vez por todas a la unión americana que proponían los Estados Unidos de Norteamérica. Que rompa relaciones con el “Eje” y se empiecen a cerrar empresas alemanas y japonesas en nuestro país.
Braden, firme sostenedor de la mentira que hasta ahora algunos repiten para desprestigiar al General Perón, un sector “Nazi y Comunista” dentro del G.O.U., cuya máxima figura era Perón, y que aspiraba conducir el país. Cuando Perón toma fuerza electoral, Braden se apresura en informar a Washington que el candidato que terminaría la conspiración “pro-nazi” era Gainza Paz, y que por tanto, Estados Unidos debía apoyarlo y “liquidar a Perón”. Sabemos que esos cuatro meses de Braden como Embajador, tal vez de los más turbulentos en ese año, terminarían siendo uno de los peores fracasos en la vida de este diplomático yanqui. Que le acarreó, no obstante, un profundo odio hacia el Peronismo, el cual lo atormentaría hasta el último de sus días.
Un 6 de septiembre de 1945, se llevó a cabo una reunión entre Juan Cooke, Ministro de Relaciones  Exteriores, y el Embajador Braden. Reunión que se encausó armoniosamente, a diferencia de la última de Braden con Perón, en la cual el Embajador salió tan rápida y torpemente que olvidó su sombrero, el cual fue usado como pelota de fútbol, tal contaba Perón cuando fue consultado sobre ello.
Esa reunión entre Cooke y Braden ha pasado desapercibida por muchos. El Embajador se jugaba una de sus últimas cartas en su intento de derrumbar a Perón y ese encuentro no sería la excepción de otro sus continuos informes a Washington  en el que informaba, valga la redundancia, cuál era la apreciación de los hombres que conformaban el gobierno.
En dicho informe, el famoso “Libro Azul”, Braden incorporaba una supuesta declaración de Cooke: “La Armada y el Ejército  eran completamente nazis”. ¿Eso fue cierto? No. ¿Fue eso lo que dijo Cooke? Imposible saberlo.
Lo que si podemos saber es que el Dr. Cooke además de ser un hombre fiel a Perón y al Peronismo, era también un hombre con mirada propia sobre esta situación:
“Los partidos, la prensa y los intelectuales, movidos por el imperialismo, apoyaban al embajador yanqui Spruille Braden, quien actuaba públicamente en la vida política argentina, fogoneando la renuncia y detención de Perón.
Pero los trabajadores ya no consintieron esa nueva vergüenza: todo el país quedó paralizado por una huelga general y las multitudes marchan hacia Plaza de Mayo donde exigen la libertad de Perón y su vuelta al poder”.
Como reflexión final hay que remarcar lo simple de la filosofía peronista y su impacto en la evolución social. ¡Cuántos políticos y periodistas siguen hoy el lineamiento mentiroso y embustero de Braden! Muchos están dentro del Gobierno, muchos hoy son oposición, muchos antes eran oposición y ahora están con nosotros. Así como Juan y Eva viven en millones, Braden vive en otros tantos.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Perón, Poesía y Walter Saavedra


Es dificultoso hallar las palabras justas, en el momento justo y en el espacio justo. Es aún más complicado hacerlo en un contexto casi hostil, como lo es un estadio de fútbol en medio de simpatizantes fervorosa y fanáticamente compenetrados en el espectáculo. ¿Cuántas veces nos emocionamos con el relato de Víctor Hugo Morales en el gol de Maradona a los ingleses? Es que sabemos, sin si quiera analizarlo profundamente en ese preciso instante, que con las “revoluciones altas”, es decir, con un estado emocional en absoluto desequilibrio, sería digno de un mago, de un genio poetizar el hecho y  hacerlo sublime de tal manera.
Así como en el fútbol, no es fácil expresar lo que expresaba Perón, en un ambiente distinto, con igual carga emocional. Perón, como si fuese un poeta y antes de partir, le suspiraba en un tono infinitamente poético sus últimas palabras a su amado pueblo diciendo: "Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino”.
Sin embargo, es menester reconocer que cada vez que el General se ponía frente al balcón y al micrófono sus palabras, además de políticamente geniales y estéticamente felices, eran de una absoluta mística poética. Mística poética que no se borrará jamás del pensamiento nacional.
Además, Perón dijo: “Mi único heredero es el pueblo”, y es en el pueblo y desde el pueblo donde encontramos a un hombre heredero de esa mística poética. Un Marplatense, con voz acaudalada, mirada tranquila y dialéctica elitista y barrial simultáneamente. Es Walter Saavedra, relator de Radio 9 am 950, un soldado de la causa justicialista:
 “Soy Peronista y militante de éste gobierno nacional y popular”
Tal vez no aparezca en cámara ni ande de programa en programa repitiendo su color político, pero está claro que es un hombre comprometido con la causa nacional. Y es así, como en sus relatos y demás obras, lo manifiesta, de un modo singular, propio de alguien con ideas bien claras. Tenemos muchos en la tele que dicen ser “de los nuestros”, pero ante una mala se borran, como dicen en el barrio. Y este no es el caso de Saavedra, porque cuando las cosas anduvieron mal, estuvo y seguirá estando. “Lloré cuando le cortaron la mano a Perón” decía en medio de un relato, con un griterío infernal de fondo. En la mismísima Bombonera, donde juega el equipo del que fue hincha Perón. “Este pueblo no te para Cristina” decía en una final de Copa Libertadores y le agregaba “Este pueblo rasca la olla en lugar de golpearla”, en la Bombonera, en el club donde gobierna el Pro.  
Además soltaba en su fantástica obra dedicada a Cristina después de la muerte de Néstor Kirchner: “Y perdón por el tuteo” https://www.facebook.com/notes/walter-saavedra/y-perd%C3%B3n-por-el-tuteo/294918390537565 :
 “Nosotros, (los negros) los que no festejamos empates porque Perón y Evita nos enseñaron que hay que salir a la cancha a ganar porque con la dignidad es más probable dar la vuelta olímpica, incluso en la cancha de ellos.”
Es necesario imitar el temple de este hombre, que en picos emocionales, permanece firme y convencido de sus ideales. Ya sabemos, muchos en una similar situación le ponían “FIN” al PJ.
Para finalizar les dejo algunas de sus obras:
http://www.youtube.com/watch?v=L0G_ZYHwdX8 “La censura vs. La palabra”
http://www.youtube.com/watch?v=Cw2JGgz0yTQ “Este pueblo no te para Cristina”.

domingo, 8 de septiembre de 2013

La necesidad de Reformar



Juan Perón decía:
“La estabilidad es condición fundamental de toda Constitución, pero ella no ha de ser tal que sufra en su perfectibilidad, que está en razón directa a su evolución. La Constitución no puede ser artículo de museo, que cuanto mayor sea su antigüedad mayor sea su mérito, y no podemos aceptar sin desmedro que en la época de la navegación estratosférica, que nos permite trasladarnos a Europa en un día, nosotros usemos una Constitución creada en la época de las carretas, cuando para ir a Mendoza debíamos soportar un mes de viaje”
¿Qué puedo agregarle a estas sabias palabras de Perón? ¿Cuántos son los que refunfuñan por lo bajo cuando pedimos reformar esta Constitución? Primero, por si alguno no lo entendió, Perón quería avisarle al pueblo argentino, en un tono de lógica pura y estadista visión, que si el derecho positivo no va de la mano con lo que quiere el pueblo, éste se verá limitado y dominado por un orden jurídico añejo y caduco. No nos olvidemos, esto es derecho, y cuando el derecho se cristaliza el único que sufre es el pueblo.
La última reforma de 1994, año en que nació quien escribe, ha sido una de las más profundas de toda nuestra historia constitucional, recordemos que hasta ese momento regía la Constitución de 1853, con las modificaciones introducidas en los años 1866, 1898 y 1957. Y verdaderamente ha pasado mucho tiempo. Recordemos ese 1994, año en que esa maldita enfermera llevaba del brazo a Maradona y destrozaba el corazón de todos los argentinos. Recordemos el histórico Pacto de Olivos entre Menem y Alfonsín. Recordemos el atentado a la AMIA. Analicemos el contexto socioeconómico, de una movilidad social destrozada, con una deuda de 80.000 millones de dólares y la desocupación del 12,5 %, en síntesis, el neoliberalismo gobernante en su máximo esplendor.
Mirémonos hoy, septiembre de 2013, ¿Se parece en algo a la realidad de 1994? Y la realidad, donde se encuentra la única verdad, nos dice contundentemente que estamos viviendo tiempos extremadamente distintos. Cuánta agua corrió bajo el puente en estos casi 20 años de democracia.
Es necesaria una reforma de la Constitución Nacional, la cual debe orientarse a construir una Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana. Asegurar y garantizar los derechos del trabajador, la familia, los ancianos, el derecho a la educación, derecho a la propiedad y a la actividad económica. Es imperiosa una Constitución de carácter Estadista y Nacionalista, como lo fue la Gloriosa Constitución de 1949, desde la cual se deberá reformar la que hoy en día tenemos. Es decir, el paradigma debe ser el mismo: el Justicialismo.
Hace poco, y a raíz del fallo contra la democratización de la justicia efectuada por la CSJ, el compañero Julio Fernández Baraibar decía lo que muchos venimos pensando: esta Constitución es GORILA, y todas las reformas de índole estructural que queramos hacerle al Estado y al orden económico actual, se verán truncadas por el derecho positivo que hoy tenemos  y el cual nos limita sentenciando la inconstitucionalidad.
Pensar en profundizar el modelo conserva una esencia así de importante. Podremos quejarnos de Clarín, mirar 678 y todo lo que queramos. El que quiera oír que oiga.