Hace unos años nuestra sociedad ha enfrentado
distintos sucesos que le han producido cuantitativas reacciones, todas de
diferente índole, todas desencadenadas por diversas cuestiones. En este marco
politizado la unidad de opinión se fue cristalizando, hasta dividirse en muchos
puntos de vista, o patrones de pensamiento. Esta división siempre existió, es
decir, jamás el pueblo tuvo el mismo pensar. No hay grieta, hay formas
distintas de ver la vida, la política. De encontrar la verdad. Grieta es guerra
civil, acá no pasa eso, para nada. Aprendamos a convivir con la disonancia de
pensamiento.
En medio de esta cristalización, nos encontramos con
la forma de encarar los sucesos. Por parte de la sociedad y del poder político.
Dicha forma es a la que haré alusión en esta ocasión.
Ya el General Perón, enseñando a la juventud las
técnicas de la conducción, nos hablaba del cómo encarar, comprender y abordar
los hechos sociales:
“Ver base para
apreciar, Apreciar base para resolver,
y Resolver base para Actuar”
Partiendo de la base de que la única verdad está en
la realidad, llegaremos hasta acá. La multiplicidad de hechos hace que nada sea
igual, que nada surja por una sola cuestión, por un determinado suceso
desencadenador. Todo tiene su verdad, y es en el hecho donde encontraremos la
causa, en la causa la responsabilidad, en la responsabilidad la culpa. Y es ahí
donde vemos y apreciamos, y estaremos listos para resolver y actuar. Salir de
este mecanismo es salir de la realidad, y salir de la realidad es el peor error
que puede cometer el sector político y el pueblo en sí.
Aquí
el hecho es que hubo un efecto contagio de la forma de ver las cosas, del
periodismo a la gente, cuando debería ser al revés. Al periodismo no le
interesa la realidad, le interesa la idea. ¿Qué es la idea? Es lo que forja el
hombre en su reflexión y manifiesta a través de acciones y la opinión. Al final, debatir la idea es
una forma de confrontar, y constantemente, con el prójimo. Y ése es el
problema, ésa es la traba que no permite a nuestro país cambiar de aire, y
debatir lo que verdaderamente interesa.
¿Qué es lo que realmente interesa? Justamente, la
realidad. La realidad del vecino, de los insumos básicos, la educación, la
salud, la seguridad, la obra pública.
En el siguiente gráfico dejaré un poco más explícito
lo que intento expresar:
La Realidad encierra los hechos, los hechos son la
transformación del mundo exterior, y es desde ahí donde debemos debatir, donde
debemos resolver. Afuera está la idea, que contempla desde lejos a la realidad,
claro, hay que debatirla, pero en menor medida. Porque debatir la idea,
traducida en mera opinión, no contribuye absolutamente en nada a transformar
realmente los problemas sociales.
No puede ser que gastemos una semana entera en
debatir sobre la tapa de una revista, y no sobre el hecho. No puede después de
los saqueos, solo se debatió sobre que dijo tal periodista. Tampoco puede ser,
que tras perder una elección, debatamos la cordura de un pueblo, y no los
hechos que lo llevaron a elegir de tal o cual manera.
Es hora de que todos entendamos que el periodista
opina y nada más, que no cambia nada, que el protagonista es el pueblo y es a
la felicidad del pueblo, de los trabajadores, las mujeres, los hombres, los
jóvenes, niños y ancianos, a dónde queremos llegar. Lo demás es adorno, no
trasciende, y poco importa.
Feliz 2014, Dios los bendiga a todos.